Dos jugadores del Glasgow Rangers -Steven Naismith y Steven Whittaker han aceptado una reducción del 75 por ciento de su salario por la actual situación económica del club, que está en suspensión de pagos, informó hoy la BBC.
De acuerdo con la cadena pública, los dos jugadores aceptaron la oferta de los administradores para evitar así nuevos despidos en el club escocés, vigente campeón de la liga escocesa.
"Nos encontramos en la última fase del proceso de reducción de gastos, y esto va a acarrear algunos recortes importantes", dijo Paul Clark, uno de los dos administradores de la firma Duff and Phelps a la cadena BBC Escocia.
"Esperamos lograr un ahorro de un millón de libras (1,2 millones de euros) mensuales aproximadamente, y es algo que creo que conseguiremos este fin de semana", declaró Clark.
El segundo de los administradores, David Whitehouse, afirmó el pasado martes que no se pudo llegar antes a este acuerdo de ahorro debido a la negativa de algunos de los agentes de los jugadores para acordar cláusulas de salida con ellos.
Según informó la BBC, los administradores sugirieron a todas las áreas del club la reducción del salario de la siguiente manera: un 75 por ciento a las estrellas, un 50 por ciento a los salarios medios y un 25 por ciento a los peor pagados.
El capitán Steven Davis y los internacionales escoceses Steven Whittaker y Steven Naismith participaban en esas negociaciones el pasado martes cuando se supo que siete u ocho futbolistas de la primera plantilla no habían acordado todavía las reducciones.
El pasado 14 de febrero el Glasgow Rangers entró en suspensión de pagos y nombró a la firma londinense "Duff and Phelps" como administradora de la entidad después de que la Hacienda del Reino Unido (HM Revenue and Customs) perdiera en los tribunales su opción de nombrar un administrador.
El campeón escocés entregó la documentación legal para ser gestionado por un administrador externo ante el tribunal civil Supremo de Escocia ante la imposibilidad de hacer frente a las deudas que acumula la entidad.
La secretaria de Estado de Deportes británica, Shona Robinson, dijo en ese momento que se trata de "una situación preocupante para todos los que están involucrados en el fútbol escocés".
"Los administradores deberán iniciar ahora un proceso de asesoramiento para encontrar una salida que proteja los intereses del club, sus trabajadores, sus aficionados y el deporte del fútbol en general en Escocia", afirmó Robison.
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