Antes pensaba que Holanda estaba de moda. Que no era un país para
tenerlo tan en cuenta en citas mundialistas y eurocopas por su escaso
bagaje en Europa para tan larga leyenda pero, viendo la de jugadores que
salen cada año de la “cueva”, empiezo a pensar que tengo que ver más
Eredivise y sus partidos de selecciones inferiores.
El caso es que Nathan Aké, con sólo 17 años, lo hace todo bien en defensa.
No lo hace mal como mediocentro defensivo y ha hecho renacer la
esperanza en los amantes del juego del ya, desfasado, Ruud Gullit con
tintes de Rijkaard e inteligencia de Cocu.
Aké es talento en estado puro, con magia en sus pies, a pesar de ser
más defensivo que atacante. No tiene mal salto y consigue goles de
cabeza al más puro estilo Nunes o Sergio Ramos. Es
perfecto para el marcaje al hombre pero mejor es que juegue en zona para
tener más libertad de movimientos. Los desplazamientos en corto son su
fuerte pero no le hace ascos a los largos haciendo de estos un recurso
bastante común en él y ejecutándolos como un gran centrocampista.
Viene de la cantera del ADO Den Haag, un club de La
Haya donde han nacido varias promesas oranje en los últimos años.
Durante casi 4 años estuvo en el club hasta que el Chelsea, con dinero
de por medio, más de 40 millones de las antiguas pesetas por un chaval
de 15 años, se lo llevó a su cantera.
A partir de ahí, la gloria cuando apenas ha jugado partidos serios de
verdad y profesionales. Eso sí, la Sub-16 y Sub-17 lo ha notad,
llevando a Holanda a ser campeona en el Europeo Sub-17 en el 2011.
Posteriormente, un pequeño bajón de la selección naranja en el Mundial
Sub-17 hizo que no pasasen de la primera fase pero, aun así, fue elegido
en el banquillo de la selección ideal del torneo.
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