España jugó sin alma en Tiflis. No recibió un duro
castigo a su falta de arrojo y exceso de confianza porque Soldado se
reivindicó con un gol decisivo a falta de apenas cuatro minutos. Una
diana que permite a los campeones iniciar con tres puntos el sueño de
Brasil 2014 y elevar a 19 su espectacular pleno de triunfos en duelos de
clasificación con Del Bosque.
El empate ante los esforzados georgianos era corregible
porque el camino hasta Brasil es muy largo pero suponía un desprestigio
para la mejor selección de la historia, a juicio del propio
seleccionador local.
Hubiera supuesto un trago de difícil digestión que
recordaría los viejos 'gatillazos' de septiembre ante Islandia (Miera),
Chipre (Clemente) y, más recientemente, Irlanda del Norte (Luis
Aragonés). La selección española sufrió un monumental atasco porque se
empleó con suficiencia y solo en el tramo final tocó a rebato. Le dio
tiempo para solventar el partido y no dar aire a Francia, su gran rival
en el grupo, pero le debe servir de lección.
El desarrollo del choque en un campo magnífico y con un
clima excelent abre un debate sobre si este tipo de compromisos ante
adversarios de medio pelo deberían ser jugados por futbolistas con
hambre y deseos de reivindicarse y no por las grandes estrellas. Dispone
el fútbol español de un amplio grupo de jugadores magníficos y,
seguramente, para vencer a Georgia no hace falta desgastar todavía más a
campeonísimos como Xavi, Iniesta o Xabi Alonso, por citar solo algunos
ejemplos. A ellos les motiva el Mundial pero no el tortuoso camino para
llegar hasta la posible final de Maracaná que ilusiona a cualquiera.
Aunque fuera a base de recular con hasta nueve jugadores
cerca de su área para cortar todos los pasillas interiores, resultó muy
meritorio para los georgianos aguantar muchos minutos a los campeones
sin pasar grandes apuros. Un disparo al poste de Davil Silva y apenas
tres paradas de Loria, el héroe de esta selección en el reciente triunfo
por la mínima ante Bielorrusia, suponían al descanso una estadística
casi insignificante dada la enorme diferencia entre los contendientes.
Torres, carne de banquillo
Del Bosque apostó al final por un '9' pero sorprendió al
premiar a Soldado y castigar a Fernando Torres a un banquillo en el que
aguardaban su oportunidad los 23 convocados, no ya esos 18 que obligaban
a los técnicos a descartes desagradables. Extrañeza por aquello de los
galones pero no por los méritos actuales, ya que a día de hoy el de
Gandía tiene mucho más gol que el de Fuenlabrada.
Fue el máximo
artillero nacional de la Liga el curso pasado, con 17 dianas, y ahora
suma dos en cuatro jornadas. Del Bosque le conoce bien desde la
'fábrica' del Real Madrid pero le relegó de la Eurocopa. Le agrada su
fútbol pero menos su cabeza. Cerca de los 28 años, el valenciano todavía
está a tiempo de disfrutar de un Mundial.
Dispuso de una ocasión pintiparada ya en el primer
tiempo, pero no acertó en el mano a mano ante el portero, que le aguantó
bien. Sufría Soldado porque 'La Roja' careció de chispa pese a gozar de
una posesión de balón de más del 80 %. Jugó con paciencia, tratando de
madurar al rival, pero le faltaron empuje, ritmy rupturas por banda. Era
un partido para tipos más de banda como Navas y Pedro. Y para un
lateral más ofensivo tipo Juanfran. Para desatascar la situación, había
que probar alternativas, tiros lejanos como los protagonizados por Silva
y Xavi. Y más cambios de orientación en el juego en los que Xabi Alonso
esta vez no ejerció de maestro.
Tras el descanso, por unos momentos pareció que los
exsoviéticos le perdieron el miedo al combinado español y se estiraron.
Generaron incertidumbre con ese tiro al palo de uno de sus centrales.
Pero tampoco hay que engañarse porque fue una jugada muy aislada. Sirvió
de aviso para los parsimoniosos campeones, que a partir de ahí
aceleraron.
Del Bosque no podía esperar más para los cambios. Retiró a
Busquets, un ancla en el centro del campo que quizá sobre en este tipo
de choques unidireccionales, y buscó más profundidad con Pedro. Pronto
recurrió a Cazorla en detrimento de un desdibujado Silva.
La lesión del portero local frenó el partido durante
cuatro minutos después de una notable internada de Jordi Alba. Se retiró
en camilla pero con el récord de no haber encajado ni un gol ante
España. Estruendosa ovación para el guardameta. Ya a la desesperada,
entró Cesc en lugar de Arbeloa y hubo premio. En la segunda que tuvo,
Soldado rescató a España. Triunfo agónico para empezar.
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