Ronaldo Nazario se ha despedido de la selección brasileña de fútbol aclamado y vitoreado por el público, jugadores y árbitros, en el estadio Pacaembú de Sao Paulo donde ha vestido por última vez la camiseta con el número 9 de la verde-amarela en un amistoso con Rumanía disputado el martes (madrugada del miércoles en España).
El Fenómeno, máximo anotador de la historia de los mundiales, que se retiró del fútbol activo en febrero pasado a los 34 años por las reiteradas lesiones y un problema de hipotiroidismo evidente en su sobrepeso, ha jugado los últimos 15 minutos del primer tiempo ante los rumanos y en el descanso ha dicho adiós con una vuelta olímpica, enrollado en la bandera de Brasil y seguido por dos de sus hijos y por una nube de fotógrafos.
"Muchas gracias por todo lo que hicieron por mí en mi carrera, por aceptarme como soy, por haber llorado cuando lloré, cuando sonreí ustedes sonrieron. Solo tengo que agradecer, desde el fondo de mi corazón, a todo el pueblo brasileño por todo el amor que ustedes me dieron. Hasta pronto, pero esta vez fuera de los campos", ha dicho emocionado en un breve discurso en el centro del Pacamebú.
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