Cierto es que la selección de Irlanda es de las peores de la Eurocopa. Por algo se ha convertido en la primera del torneo en ser eliminada. Sin embargo, y a pesar de que el rival no era de nivel, España
se miró al espejo y comenzó a parecerse a lo que quiere ser, sentando
las bases en una excelente presión adelantada que ahogó la escasa
lucidez católica.
La lluvia persistente sobre la ciudad polaca de Gdansk también favoreció
la circulación española del balón, a diferencia del pasto seco que
sufrieron en el debut ante Italia. El debate del nueve sí o el nueve no lo resolvió el seleccionador, Vicente Del Bosque, apostando como titular por Fernando Torres, en detrimento de Cesc.
El fuenlabreño respondió con dos goles, inteligentes desmarques y
mucha entrega. Eso sí, también falló alguna ocasión clara y volvió a
demostrar que le cuesta decidir en el mano a mano y realizar ciertos
controles.
La primera ocasión fue para los irlandeses en un disparo de Cox desde
la frontal del área que obligó al despeje de Casillas, quien todavía
estaba ajustándose los guantes. Sin embargo, España no dejó que le entraran las dudas y, a los cuatro minutos, Torres aprovechó un balón suelto en el área para hacerse hueco y soltar un latigazo que no vio Given.
El arranque fue tan bueno que Torres, otra vez, Piqué, Iniesta y Xabi Alonso también rondaron el gol. El monólogo español fue
aumentando hasta el descanso, pero el resultado no se movió, a pesar de
los intentos de Iniesta, el mejor sobre el césped en la primera parte,
simplemente, porque siempre elige la opción correcta. También destacó la
solidez durante todo el partido de la pareja de centrales, Piqué y
Sergio Ramos.
En la segunda parte, 'la roja' abusó de Irlanda. En el minuto 49, David Silva demostró que es un animal de sangre fría,
deteniendo el tiempo en el punto de penalti para vislumbrar un hueco
ante tres defensas y la estirada del portero rival. Estas cosas
refuerzan las palabras de Del Bosque designándole como el 'Messi de
España'.
El vendaval ibérico solo fue detenido por el
guardameta Given, el mejor del equipo del trébol. Así lo demostró con
una gran mano ante un disparo a bocajarro de Xavi. No pudo hacer nada
cuando se encontró, a falta de media hora, frente a Torres,
quien, esta vez, sí aprovechó el magistral pase de Silva, quien
deslumbró en los segundos 45 minutos. El delantero solo tenía que correr
y definir sin pensar... y lo hizo.
Irlanda no quería irse sin el gol de la honra, pero Casillas se lo
impidió a Keane en el 75. A falta de siete minutos, el sacrificado por
Torres, Cesc Fábregas, que salió en sustitución del
madrileño, apareció en un córner sacado raso, que recogió, amagó y cruzó
el balón con una gran violencia al palo largo. España ya está aquí: 26 disparos y 20 a puerta para lograr la mayor goleada de su historia en una Eurocopa.
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