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sábado, 9 de junio de 2012

SALPINGIDIS SILENCIA A POLONIA




Dio comienzo la Euro 2012 en el espectacular Estadio Nacional de Varsovia y los anfitriones no quisieron perder la oportunidad de brindar la primera victoria a los más de 56.000 aficionados que llenaron hasta el último rincón del coliseo polaco.

Tras una bonita y rápida ceremonia de inauguración, las selecciones de Polonia y de Grecia saltaron al terreno de juego para hacerse con los tres primeros puntos del campeonato, y desde el primer minuto dieron muestras de a qué vienen a jugar.

El combinado heleno se hizo con el balón en los primeros minutos, pero sin velocidad, llegada peligro, ni ritmo por culpa de las faltas. Pero en el minuto cinco ya se vería de qué pie cojeaban los visitantes. Blaszczykowski se incorporó con mucho peligro par la banda derecha y puso un balón peligroso en el área que, tras un rechace, casi acaba en gol de Murawski.

Poco después, en el once, Gekas tendría la primera y única ocasión para Grecia en toda la primera mitad tras rematar de cabeza una falta colgada por el veterano Karagounis, uno de los mejores del partido. Pero a la contra, otra vez por la banda derecha, el equipo polaco creó mucho peligro con un centro de Piszczek que, por muy poco, no remató el genial Lewandowski.

Y tanto iba el cántaro a la fuente que el propio delantero del Borussia Dortmund remató al fondo de las mallas un espectacular centro de su compañero Piszczek en el que pasará a la historia como el primer gol de esta Eurocopa.

A partir de entonces el partido sería otro. Se echó atrás la selección polaca que con un Polanski sensacional mantuvo el control del partido, pero sobre todo por la falta de velocidad – y ambición- de los griegos, que tuvieron que hacer el primer cambio en el 35 tras la lesión de Avraam Papadopoulos dando entrada al otro Papadopoulos, Kiryakos.

Llegó entonces el momento de dar la nota del único español que había en el campo: el árbitro Velasco Carballo. El madrileño se equivocó gravemente al expulsar al defensa Papastathopoulos por doble amarilla. La primera fue muy rigurosa, pero la segunda no llegó a ser ni falta, por lo que en la selección de grecia tenían motivos más que suficientes para sentirse perjudicados por el arbitraje. Más aún cuando les birló un penalti claro por manos de Perquis en el minuto 46. Y así se llegó al descanso.

Todo parecía que seguiría igual en la segunda mitad. Con Polonia por delante en el marcador controlando el partido y los griegos, sin velocidad y con uno menos, viéndolas venir. Pero Salpingidis, que entró en el descanso sustituyendo a Ninis, hizo bueno el dicho de que el que perdona lo paga, empató el partido en la primera ocasión clara que tuvieron aprovechando un error grave de entendimiento entre el portero Szczesny y Boenisch.

Nuevo giro daría el partido en el minuto 68, cuando Fortunis metió un balón sensacional a Salpingidis, que revolucionó el partido desde su salida y se convirtió en protagonista al forzar un penalti que acabaría con la expulsión de Szczesny, que vaya partido se marcó. Pero Tyton, el portero suplente, paró bajo palos y a ras de césped la pena máxima que lanzó Karagounis. ¡Cómo se ponía el partido!

Pero a partir de entonces pocas ocasiones y mucho respeto de unos y otros que, al final, darían en un empate que deja más contentos a griegos que a polacos y que, a expensas de lo que pase en el Rusia-República Checa, deja todo abierto de cara a la segunda jornada que se disputará el martes 12. 

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