La plantilla está siendo autocrítica e intenta solventar los errores
pero tras caer ante el Betis han vuelto los fantasmas de Mallorca y el
Ciutat. Los jugadores sienten que pueden darle la vuelta a esta mala
situación pero estos tropiezos 'tontos' están empezando a minar un poco
la moral.
La irregularidad que está mostrando el Valencia en este inicio de
temporada parece estar minando la moral del vestuario poco a poco. Los
futbolistas chés están comprobando que se les escapan los partidos con
poco que ofrecen los rivales y que sus errores están castigando en
exceso al equipo. El vestuario ché sabe que con la calidad no les está
bastando para sacar los partidos adelante frente a la clase media de la
Liga y que deben exponer más carácter y más oficio en los partidos.
El cuerpo técnico ya les pidió una mayor mentalidad para entrar mejor
en los partidos pero, transcurrido el primer cuarto del campeonato
liguero, al Valencia le han marcado en Liga el 66% de los goles antes de
la media hora del encuentro lo que demuestra la mala predisposición con
la que el equipo afronta el choque. El último ejemplo llegó ante el
Betis en donde Salva Sevilla marcó en el minuto ocho.
Al equipo se le está exigiendo que se muestre mucho más agresivo pero
la confección de la plantilla ha sido de toque, han llegado jugadores
de mayor calidad que los que había el año pasado pero la plantilla ha
perdido esa intensidad en las marcas con las salidas de 'obreros' como
Maduro, Aduriz o Dealbert, respecto al toque y mayor calidad de los
jugadores que han llegado. A esto se suma que el rendimiento que han
mostrado algunos fichajes no está siendo el esperado, ya que tienen
problemas tácticos importantes y físicos.
Además, el arranque de los rivales por las dos plazas que dejan el
Barça y el Madrid por la Champions ha hecho que los nervios aparezcan:
el Atlético llegará a Mestalla el sábado con 14 puntos de ventaja y el
Málaga ya les lleva siete.
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