La delicada economía del Rayo Vallecano empieza a tener sus consecuencias en la plantilla. En la tarde del lunes se produjo la primera baja: el central Borja Gómez rescindió su contrato con la entidad franjirroja, perdonó los atrasos que el club le adeudaba y firmó por el FC Karpaty ucraniano.
En palabras del propio jugador, esta decisión se produce después de que su situación se hiciera personal "crítica e insostenible", puesto que sólo había cobrado dos de los ocho meses que llevaba en el club. Broja Gómez había fichado este verano procedente del Alcorcón e incluso llegó a tener una oferta del Real Madrid para jugar con el filial. A pesar de su marcha, confiesa seguir sintiéndose "uno más del grupo".
Por eso se muestra "apenado" por los problemas del club vallecano e incluso piensa todavía en los compromisos deportivos del club. Por eso no quiso hablar más acerca de las complicaciones que le han llevado a tomar la iniciativa de buscar un nuevo equipo. "Hay un partido muy importante el miércoles ante el Alcorcón y hemos quedado en que hasta entonces no vamos a hablar ninguna de las partes".
La salida del central llega en un momento en el que estaba siendo un habitual de las alineaciones de un Rayo Vallecano que se queda con sólo dos centrales, puesto que Salva, el tercero de la plantilla se encuentra lesionado de larga duración. José Ramón Sandoval, técnico del Rayo ya le dijo que no quería que se fuera, pero "que entendía la situación".
El jugador viaja mañana a Ucrania para pasar el reconocimiento médico y estampar su firma en un contrato que le vinculará a FC Karpaty por los próximos tres años. Además viaja "con la intención de jugar ya este fin de semana.
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