En el mundo del fútbol es extraño escuchar historias como la de Urko Vera, el nuevo delantero del Athletic. Puede decir con orgullo que es un futbolista hecho a sí mismo. Deja atrás una dura batalla por cumplir el gran sueño que le acompañó desde de niño. Con 10 años sufrió la tragedia de la pérdida de su padre, a los 13 le dieron la baja en Lezama y a los 18 se tuvo que poner a trabajar para ayudar al sostenimiento de su casa. Fue peón de obra, barrendero, transportista de frigoríficos y almacenero. Hoy, este joven delantero del barrio bilbaíno de Txurdinaga contagia su entusiasmo y su hambre por triunfar.
- ¿Qué significa fichar por el Athletic?
- Cumplir un sueño. Soy de Bilbao y, por tanto, del Athletic desde que me comía los mocos. Darme una entrada para San Mamés me hacía el niño más feliz del mundo. Imaginarme en ese campo es algo que no se puede describir con palabras.
- ¿Cuál es su primer recuerdo del Athletic?
- Ziganda, que fue mi ídolo de niño. Recuerdo que tendría 4 años y de lo cansado que estaba me quedaba dormido en San Mamés. Nunca olvidaré aquellos gritos de 'Cuco, Cuco' cada vez que el Athletic sacaba un córner. Me ponían los pelos de punta.
- De trece goles en Liga, nueve de cabeza, dos de penalti y dos con el pie. Los datos lo dicen todo sobre usted.
- Con el pie me manejo. La mayor parte de los años he metido más goles con el pie que con la cabeza. Creo que se explica porque en jugadas de estrategia he aprendido mucho.
- Caparrós ha metido prisa por tenerle.
- Me ha dejado descolocado. Me ha costado asimilarlo. Me hace sentirme muy orgulloso. Hace mes y medio esto era impensable. Creo que es fruto de tantos años de trabajo.
- ¿Qué le recomienda Larrazabal, su entrenador en el Lemona?
- Se lo pregunté. ¿Me ves con nivel? Me dijo que sí y eso me tranquiliza. Eso sí, también me ha avisado que debo mejorar en el juego de espaldas y con la izquierda.
- En septiembre dijo: «voy a ver si valgo para Segunda B».
- Ahora me planteo lo mismo en Primera. Debo admitirlo, he tenido dudas sobre si valía para Primera. La gente de mi alrededor me dice que si un entrenador del nivel de Joaquín Caparrós te llama es porque te ve cualidades. Voy a dar el doscientos por ciento. Por esfuerzo no va a quedar.
- Llegó de niño a Lezama.
- Con 11 años. Estaba en el Santutxu. Hice pruebas con un montón de jugadores. Estaban Susaeta, Beñat (ahora en el Betis), Urko Arroyo (Barakaldo), Mandaluniz (Sanse)... Metí goles en la prueba y cuando me comunicaron que me quedaba fui el niño más feliz del mundo. El primer año estuve con Miguel de Andrés. El segundo con Kike Liñero. Al final de esa temporada me dieron la baja. Me fui al Santutxu.
- ¿Cómo se tomó la baja aquel niño de 13 años?
- Se lo comunicaban a los padres de los jugadores. Yo no tenía aita, que había muerto. Mi madre no tenía carnet de conducir y trabajaba para sacarnos a los tres hermanos adelante. A mi me llevaban mis tíos a Lezama. Se lo comunicaron a ellos. Fue duro, pero tenía claro que debía seguir adelante.
- Y de vuelta al Santutxu.
- Ibai Barasoain me hizo debutar con 16 años en juvenil División de Honor. Lo hice con un gol al Getxo de Gontzal Suances. Jugué luego en Tercera, pero descendimos. Tenía un año más firmado, pero vinierona por mí Laudio y Portugalete. Mitxelo (padre de Ibai Gómez) me dejó marchar, un gran detalle por su parte. Y eso que le dije que le estaba tan agradecido que entendía que se negara a mi salida. Me contestó que tenía cualidades y que debía seguir en Tercera. Me decanté por el Laudio. Metí diez goles y me volvió a llamar el 'Portu'.
Gol al Valencia
- Por fin llega al equipo de la margen izquierda.
- Entre otras cosas me dejó el recuerdo de haber metido mi único gol a un equipo de Primera, al Valencia en Copa en La Florida. Me llevé la última mala noticia de mi carrera, que me dieron la baja al final del año. Javier Bermúdez acabó la temporada, fichó Alberto Iglesias como entrenador, no me quería y me echaron tras acabar la Liga.
- Hizo pruebas con el Getafe esa temporada. ¿Influyó en lo que sucedió después?
- Ir sin decirles nada le sentó mal al presidente y eso quizá influyó.
- Estamos en verano de 2008. No tiene equipo.
- Gracias a Borja Osorio, mi agente, aparece el Eibar B. Jugaba con el filial de Tercera, pero entrenaba con el equipo de Segunda B. El Eibar me quería, pero no se atrevía a hacerme una oferta porque pensaba que no iba a aceptar trabajar e ir allí a entrenar a diario. Acepté encantado. Entrenar con un equipo puntero de Segunda B fue una gran mejoría para mí. Además, conseguí debutar y jugar tres partidos en el primer equipo. En el filial de Tercera marqué 14 goles en mi última temporada.
- ¿Qué tal compatibilizó el fútbol con el trabajo?
- Trabajaba en una empresa de poliuterano de Arrigorriaga. En diciembre de 2009 me despidieron. Fue un palo. Tenía mi coche sin pagar del todo. Económicamente pegué un bajonazo bastante grande. Pero mi nivel físico empezó a subir para arriba porque ya no me fatigaba en el trabajo. Desde el día que me despidieron todo fue a mejor en el fútbol.
- ¿Qué le propuso el Eibar al acabar sus dos años en el filial?
- Entrenar con el primer equipo, pero jugar con el filial de Tercera. No me entusiasmó. Me llamaron el Barakaldo y el Lemona. Para no quedarme allí en Segunda B, prefería ir a otro equipo de la categoría.
- ¿Por qué eligió el Lemona y no el Barakaldo?
- Me daba más dinero el Barakaldo. Pero no pensaba en eso. Hablé con Aitor Larrazabal y me transmitió mucha confianza en mis posibilidades. Me dijo que me había visto durante mucho tiempo y que iba a tener mi oportunidad.
- Y firma por una temporada.
- Por 1.000 euros al mes en diez mensualidades. Rechacé una oferta del Barakaldo de 200 euros más al mes.
- Vamos que es un mileurista.
- Gano un extra haciendo de cestero.
- ¿Cestero?
- Sí, llevo la ropa de entrenamiento del equipo algunos días desde Lemona hasta Loiu. Uno de los problemas del Lemona es que el único campo de entrenamiento que tenemos es de arena, situado al lado de Arlonagusia. Larrazabal, que es de Loiu, consiguió que nos dejaran entrenar en la ikastola Lauro, pero hacía falta alguien que llevara la ropa desde Lemona hasta Loiu. Se habló con el club y me ofrecí voluntario. La directiva me da a cambio de eso un dinero extra.
- Arranca la Liga. No es titular hasta la jornada ocho.
- Las cuatro primeras jornadas estuve en el banquillo. Luego me hice un esguince de tobillo y no jugué titular hasta la octava jornada. Lo que me dio alas fue la Copa Federación, en donde metí mi primer gol, al Barakaldo en Lasesarre. Luego jugué en Las Gaunas. Marqué mi primer gol y a partir de ahí he sido prácticamente siempre titular. Desde ese momento todo han sido goles, triunfos y alegrías.
- La mayor de todas, el fichaje por el Athletic.
- Es el triunfo de un chico de barrio y de una familia humilde y trabajadora.
- ¿De qué trabaja su madre?
- Ahora está en el paro. Le han despedido de un restaurante en la que trabajaba desde hace doce años porque la cosa iba mal. Mi padre murió de enfermedad un 1 de enero con 43 años. Yo tenía 10 años, mi hermano 7 y mi hermana 6. Mi madre se tuvo que poner a trabajar para sacarnos adelante.
- ¿Esa tragedia familiar le hizo madurar antes de tiempo?
- Lo que hizo es que fuera muy movido, je, je. Era un niño que ni paraba ni callaba. Me volqué en el fútbol, como mis hermanos. El chico juega en el Arbuyo y la chica jugó en el Berriotxoa. Todos llevamos el fútbol en la sangre en casa. No era muy bueno en los estudios y me puse a trabajar con 18 años.
- ¿De qué trabajó?
- Empecé en la obra con 18 años. Era una especie de albañil y fontanero. Poníamos las calefacciones y tuberías en edificios en construcción. Estuve siete meses. Mi siguiente trabajo fue de barrendero los fines de semana con el Ayuntamiento de Bilbao. Al poco empecé a trabajar da transportista de frigoríficos, subiéndolos a las casas. Después de eso paré un año y me saqué el graduado escolar con 20 años. Tenía ganas de conseguirlo porque a los 18 tuve que dejar los estudios. Pasé años duros, en los que necesitaba trabajar para ayudar en casa, pero no quería dejar el fútbol. Me ha costado mucho esfuerzo llegar hasta el Athletic, pero el sacrificio ha merecido la pena.
- Cuando estaba en el andamio, ¿creía que esto iba a suceder?
- Soñarlo, lo soñé muchas veces, pero nunca pensé que fuera a suceder. Si algo me han enseñado en casa es que hay que creer en tus posibilidad y trabajar para ello.
- ¿Qué hará con su primera ficha?
- Invitar a una cena a toda la plantilla y al cuerpo técnico del Lemona. Ya se lo he dicho: 'Sin vosotros esto no sería posible'. En casa haré algo parecido. Allí tendré más de un detalle. Si tengo la gran fortuna de seguir, me gustaría más adelante quitarle de trabajar a mi madre.
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