Los jugadores del Betis intuyeron que pasaba algo raro cuando el jefe de los servicios médicos, Tomás Calero, los reunió a todos en los vestuarios del estadio Villamarín: "Debo deciros que Miki tiene un tumor maligno en la pelvis y ha de ser operado. Somos optimistas, pero, de momento, tiene que dejar el fútbol".
Los compañeros del defensa se quedaron impresionados y decidieron arropar todos a Miki Roqué, de 22 años, en la conferencia de prensa que ofreció en compañía del presidente del club, Rafael Gordillo; el entrenador, Pepe Mel, y el propio Calero. Cuando rompió a llorar al dar a conocer su enfermedad, la plantilla le animó con un impresionante aplauso.
"Le encanta el fútbol. Es responsable, de enorme nobleza, muy educado. Nunca me dio un problema". Así se expresa Oli, el técnico del filial del Betis, hombre clave junto a Miguel Valenzuela, responsable de la cantera, en su fichaje en el verano de 2009 procedente del Cartagena, en el que había jugado cedido por el Liverpool.
Rafa Benítez se lo había llevado en 2005 para el conjunto Ingles. Así, en 2006 y ante el Galatasaray, se convirtió en el jugador más joven en la historia del club inglés en debutar en la Liga de Campeones. Tenía 18 años. En 2009, el Betis le convenció ante el interés del Barcelona y el Villarreal por tenerlo en sus filiales. Tras hacer la pretemporada con el primer equipo, Mel le hizo debutar ante Las Palmas en la octava jornada.
El Betis maneja tres escenarios para la intervención quirúrgica, uno de ellos Barcelona. Hacía 10 días que Gordillo, Calero y Mel conocían el problema de Miki. El viernes se enteró el propio futbolista y ayer tuvo la valentía de dar a conocer su enfermedad al mundo.
"ANIMOS MIKI"
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