El partido desde el inicio se antojaba clave para ambos equipos, que lo afrontaron con la intención de que significara un punto de inflexión en su trayectoria hasta el momento.
Para los locales era la posibilidad de sumar la primera victoria en casa y transformar en puntos las buenas sensaciones dejadas en el arranque de la competición, mientras que para los visitantes, después de tres salidas y tres derrotas, la ocasión era propicia para lograr un triunfo ante un rival en idéntica posición en la tabla clasificatoria.
Los primeros compases del encuentro mostraron un choque de fuerzas igualadas, con dos equipos muy ofensivos en sus planteamientos tácticos, y con las ideas muy claras en cuanto a circulación de balón y estilo de juego.
El primero en avisar de sus intenciones fue el Rayo, que a los 14 minutos pudo inaugurar el marcador en un lanzamiento de falta desde línea de tres cuartos que sacó Piti, paseándose el balón entre la defensa y los atacantes marchándose ligeramente desviado.
La respuesta del Espanyol llegó cinco minutos después, cuando Javi Márquez lanzó un centro desde mediocampo que recogió en la frontal Sergio García, se deshizo de Jordi, y su disparo cruzado lo repelió a córner Dani Giménez.
A partir de ese instante el encuentro decayó en cuanto a ocasiones, sólo el Rayo puso algo más de empuje que los visitantes en llegar a la meta contraria, aunque los delanteros locales no estuvieron demasiado afortunados para inquietar en exceso a Cristian Álvarez.
El equipo de Barcelona dejó toda su iniciativa ofensiva a la movilidad que aportó en ataque Sergio García, y a la imaginación que los centrocampistas pusieron en la medular, lo que propició dos llegadas consecutivas de Didac y Javi Márquez por el costado izquierdo que acabaron con ambos reclamando la pena máxima.
En la segunda mitad, en el primer minuto tras la reanudación, el Rayo tuvo en las botas del ex españolista Raúl Tamudo la oportunidad para adelantarse, pero el delantero no acertó a rematar y el guardameta visitante despejó el balón con los pies.
Sin embargo, el que abrió el marcador fue el Espanyol por medio de Romaric, que en una jugada de ataque de los catalanes recibió un balón en el corazón del área rayista y, totalmente solo, cruzó con la pierna derecha el balón ante la salida de Dani Giménez.
Con el resultado en contra, José Ramón Sandoval, técnico del Rayo, movió el banquillo y dio entrada sobre el césped al guineano Lass Bangoura que, moviéndose por ambos extremos, aportó frescura al equipo aunque no le dio al equipo la profundidad necesaria.
El Espanyol, consciente de su superioridad en el juego, marcó los tiempos del partido y obligó al Rayo a jugar al ritmo que ellos querían, provocando que los locales solo causaran cierto peligro en algunas jugadas aisladas comandadas por Dani Pacheco desde el extremo izquierdo, algo que no fue suficiente para que lograran remontar el resultado.
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