El Madrid jugó como nunca y cayó como siempre. Pero esta vez, con la cabeza bien alta. Fue, sin duda, su mejor partido ante el Barça de los últimos tres años, desde que Pep Guardiola y sus muchachos se convirtieron en su eterna pesadilla. Atenazó a su rival, tuvo muchas ocasiones, y metió el miedo en el cuerpo a los culés, hasta el punto que acabaron pidiendo la hora. Pero no fue suficiente. Salga a la defensiva, o descaradamente al ataque, como esta vez, se volvió a estrellar contra el mismo muro.
Jugó Pepe
Hubo suspense, a ratos incluso pánico. Pero también final feliz. Por si alguien tenía alguna duda, José Mourinho alineó a Pepe de salida, después de que el juez único de Competición hiciera una vez más la vista gorda y le eximiera de castigo tras su alevoso pisotón a Leo Messi. La afición culé no olvidó su acción, y ya en el calentamiento le increpó con gritos de "asesino, asesino". Luego, el luso correspondió con su habitual repertorio de manotazos -a Cesc, en el 69'- y patadones a destiempo. Sólo en el 92' vio la primera amarilla. Nada nuevo bajo el sol.
Higuaín avisa... ¡a los diez segundos!
La salida del Madrid fue fulminante. A pesar del 1-2 favorable de la ida, el Barça comenzó nervioso, titubeante. Tanto, que nada más sacar de centro, cedió la primera ocasión de gol. Sólo diez segundos -sí, han leído bien- tardó Higuaín en dar el primer aviso. Alves cedió hacia atrás, Piqué dejó pasar el balón y el argentino, solo ante Pinto, disparó fuera.
Cinco ocasiones blancas en media hora
Los blancos fueron a por la remontada en todo momento. Tanto, que en la primera media hora tuvieron cinco ocasiones más. Pinto se convirtió en el héroe inesperado de la noche con sus paradas. El gaditano estuvo providencial desbaratando un chut a bocajarro de Higuaín en el 3', y luego otro de Cristiano Ronaldo en el 11'. El '7' blanco lo intentó por todos los medios, y en el 6' envió fuera un potente disparo. Agua. Özil acarició el gol con un trallazo desde 25 metros que se estrelló en la cruceta, en el 25'. Y, en el 27', un balón mal jugado por el portero azulgrana estuvo a punto de desembocar en tanto de Higuaín.
Papeles cambiados
Los papeles parecían cambiados. El Barça parecía el Madrid, y el Madrid, el Barça. Nada que ver con la ida. La asfixiante presión de los de Mourinho ahogó a los locales. Su atrevimiento y valentía desconcertaron a todos. Las cosas empezaron a enderezarse cuando los de Guardiola empezaron a mover el balón con su velocidad y fluidez habituales. Y eso que los peores presagios cayeron sobre el Camp Nou cuando Iniesta, lesionado, tuvo que ceder su sitio a Pedro (28').
Pedro golpea primero
El canario acabó teniendo un papel determinante. Su gol en el 42' devolvió la tranquilidad. Messi condujo una contra, coló un pase increíble entre Ramos y Pepe, y Pedro, solo en el área, batió a Casillas por bajo (1-0).
Tangana... y golazo de Alves
En ese momento, salió el mal perder de los blancos. Tampoco ayudó Teixeira Vitienes, que en el 45' sacó la amarilla a Messi por una falta... ¡a Pepe!. Vivir para ver. Justo un minuto después, se armó la marimorena. Lass cometió una escandalosa entrada sobre Leo en el lateral del área, que fue sancionada, pero sin amonestación. Hubiera sido la segunda, y tendría que haberse ido a la calle. Aún así, Casillas salió como un poseso del área para protestar... y se lió una pequeña tangana. Xavi sirvió el lanzamiento, el esférico salió rebotado... y Alves, sin pensárselo dos veces, conectó un obús desde el vértice del área que se coló por la escuadra (2-0, 45').
Cristiano y Benzema meten el miedo en el cuerpo
La eliminatoria parecía decidida. Nada más lejos de la realidad. La segunda mitad fue un suplicio para el Barça. El Madrid no se rindió, y la entrada de Benzema llevó de cabeza a la retaguardia culé. La primera advertencia llegó en el 53', cuando el árbitro anuló un gol a Ramos por una falta previa sobre Alves al cabecear un córner. Fue toda una declaración de intenciones, porque lo que vino después tuvo más suspense que una película de Hitchcock.
En el 68', llegó el 2-1. Ozil sirvió un pase en profundidad a Cristiano Ronaldo, que tras plantarse solo ante Pinto, lo dribló y marcó a puerta vacía.
Lo peor no había llegado. El gol sembró de dudas al Barça, y su zozobra desembocó en el 2-2. Benzema, aprovechando un error incomprensible de la zaga local, se coló como quiso en la cocina y, tras hacerle un 'sombrero' a Puyol, empató (71').
Los últimos 20 minutos fueron un sufrimiento continuo. Protestó el Madrid un par de posibles penaltis por manos de Busquets y Abidal en el área en la primera mitad. Tampoco vio nada Teixeira tras sendos posibles derribos de Pepe a Alexis en el área blanca (35' y 77'). Hubo, cómo no, recital de entradas violentas de Pepe, que no vio la amarilla... hasta el 92'. Y algo parecido sucedió con Ramos, que a pesar de sus contundentes faltas no vio la roja hasta el 89'.
El Madrid tuvo contra las cuerdas a su rival. El Barça era como un boxeador noqueado. Y cada ataque blanco, una agonía. Pero la sangre no llegó al río. El Barça hizo valer el 1-2 de la ida y se clasificó para las semifinales. Ahora, ¡a seguir luchando por la Copa!.